Todavía reina cierta confusión con respecto a las diferencias existente entre la subtitluación y el doblaje de voz, al igual que ocurre entre la traducción y la interpretación.
Los subtítulos son una herramienta indispensable para la comprensión del mensaje audiovisual, mientras que el doblaje de voz es el proceso a través del cual la voz original de un personaje se sustituye por la voz de otro actor, que reinterpreta el diálogo previamente traducido en otro idioma.
Las escuelas de doblaje de voz (en especial, en Italia, Alemania, Francia y España) ofrecen servicios de buena calidad. En algunos países, la elección de películas dobladas siempre ha estado vinculada inexorablemente a su historia y cultura. El doblaje de voz tiene una función didáctica que ya no es tan relevante como lo fue, abriendo camino a la llegada de los subtítulos – esencial para las personas sordas y con discapacidad auditiva y muy útil para facilitar el aprendizaje de lenguas extranjeras tanto para niños como para adultos.
De hecho, no es casualidad que en aquellos países donde la subtitulación ha sido la elección forzada por motivos económicos (en Europa del Este por dar un ejemplo), la población tiene una mayor familiaridad con los idiomas extranjeros. Esta familiaridad no se encuentra en aquellos países donde el doblaje de voz es la norma – de hecho esta brecha se hace más evidente en nuestro mundo cada vez más globalizado. Asimismo merece la pena mencionar que los subtítulos nos permiten apreciar la verdadera esencia de la película en su forma original y por encima de todo el virtuosismo y la habilidad de los actores: ¿está bien doblar el talento de Totò, Louis de Funès o Woody Allen?